miércoles, 26 de septiembre de 2012

renaciendo


(RE)Naciendo



Foto by Victoria Peñafiel.  


Un año de blog en suspenso, un año entero que se dice pronto y que significa muchotiempo.  Repaso la lista de mispublicaciones y exceptuando la que anunciaba un regreso (con nocturnidad y alevosía) compruebo que el último post es del 17 de septiembre de 2011. Mucho, mucho tiempo.
Casi tanto como el océano que me transformó por dentro.

Hace algo más de un año me di cuenta que algo pasaba en mi cuerpo y comprobé que el exceso de sueño era por culpa de las famosas hormonas del embarazo. Dudas, miedos, silencios, coraje y al abordaje. 

Y hace exactamente tres meses me convertí en mamá por tercera vez, una calurosa tarde de lunes, un 25 de junio, y lo hice de la forma más natural y conmovedora. Y de alguna forma se cerraba un círculo de vida, mi hija nacía el mismo día que mi abuela cumplía 80 años. 

No fue un parto cualquiera, sin dudas no. Mi último y definitivo parto fue fruto de una elección interna por respetar mi cuerpo y por luchar por tener una relación diferente con esa niña que llevaba dentro. Sin hablarlo en exceso y tras mantener en estricta intimidad mi decisión hace tres meses a eso de las 4 de la tarde nos fuimos para la maternidad.
Debo confesar que ya las últimas dos semanas fueron un poco infernales: calor, calor y más calor. Dolor, dolor y más dolor en músculos que desconocía que existieranen mi cuerpo. Miedo, miedo y más miedo a que el asunto candente se truncara. Dudas, dudas y todavía más dudas de poder enfrentarme a mis debilidades para hacer fuerte a otro ser.

Pero llegaron las primeras y tímidas contracciones y un tapón mucoso que por primera vez pude ver qué era. Y por nervios del papá una visita a la maternitat a destiempo, cuando todavía estaba “verde”. Pero no era inmadurez, eran las ganas de que la experiencia fuera completa y que en la sala de parto fuéramos tres los que ingresáramos (y cuatro los que egresáramos).

Y si, éramos tres en una sala de partos. Compartí el momento con Vick “gran”, gran amiga, gran visionaria de luz y de instantes, gran apoyo… simplemente gran
Ycon mi compañero de vida y de todo, mi otra mitad y un poco más.

Entre las 5 y las 7 de la tarde poco a poco y su ritmo y sin más analgesia que la fuerza de voluntad y una botella de agua congelada que llevaba varios días en el congelador fuimos dilatando. Y digo fuimos porque mi Vick “petita” fue mi compañera de aventuras. Una contracción que se iba y una menos que quedaba para el gran momento. Por suerte respetaron mucho la necesidad del momento y el chisme que marcaba las idas y venidas de las contracciones estaba sin sonido, pero por las caras de mis acompañantes sabía que algunas marcaban cimas dignas de un 8.000. Todo fue a su ritmo, y no lentamente… la pequeña vickinga se tomó 41 semanas con 1 día para decidirse a salir, pero una vez que se decidió a por ello fue.

El dolor era intenso y por momentos intensísimo. Nunca mencioné la necesidad de la anestesia pero en  más un  de momento pensé qué demonios estaba haciendo. Las últimas grandes contracciones las pasé sudando la gota gorda (literalmente) en una pelota de pilates. Y de golpe el dolor cambió, era el tiempo del expulsivo. Tal y como Viktoria, mi querida doula me había informado, eran las contracciones de estar agradecido. Por un instante el pánico se apoderó de mi, pero las comadronas que nos acompañaron hicieron del miedo risa y, como el viento, se escapó por un rendija de la puerta.

Un pujo, otro más. Un instante y otro más. Una emoción y otra y tu cabecita empujando. Todo iba perfecto porque en la sala de partos (a pesar de su piso vibrante) todo era tranquilidad, ni una prisa, me sentía arropada por todas las mujeres que viven en una sola mujer. “Dame tus manos y recibe a tu hija”, no encuentro las palabras para describir el momento. Tres, dos, uno, y te agarré con fuerza, y sentí tus piecitos abandonar tu refugio para buscar calorcito entre mi pecho. Nunca viví algo tan brutal, tan único, tan fuerte, tan femenino.

Parir de forma natural no me convierte en absolutamente nada pero me unió a mis entrañas y me hizo descubrir que sí es posible. Me reconcilió con la vida y me hizo aprender que podemos y que el barullo de la sociedad nos ha robado a las mujeres nuestro poderío único. Nos deben respetar el parto (con o sin analgesia) y debemos volver a conseguir nuestro poder, nuestro momento. Y del dolor sólo queda un vago recuerdo. Me quedo con ese calorcito de tu piel en mi piel. Me quedo con las miradas cómplices con el Titi, la de tierna bienvenida, la  de la sonrisa sin necesidad de decir nada. Me llevo en el alma a dos comadronas (una muy joven, la otra muy experimentada) que honran su preciosa profesión. Me llevo la compañía y ese lazo invisible que nos unió con Vick “gran” (pero que muy gran). Me llevo las risas. Me llevo la vida.

Querida hija, gracias por elegirme. Te amo con toda el alma. Gracias por ayudarme a (RE) Nacer. 

jueves, 20 de septiembre de 2012

volviendo (que es gerundio)

Un jueves 19 de septiembre de 2012, a la noche...



Estaba revisando fotos (las poquitas que tengo en condiciones entre el montón para procesar) y me topé con estos ojazos. Y cerré los míos, y respiré profundamente. Esta semana está siendo particularmente enredada: los asuntos que parecían enderezarse se vuelven del revés y vuelta a empezar; y ayer haciendo caso a una gran y sabia amiga (you know who you are) que  me recomendó buscar la fuerza en los tres minis de la familia, la fui a buscar. Por un momento los abracé a cada uno de mis minis, y ese instante en que todo, absolutamente todo pasa y lo único cierto y lleno de valor es un único latir de dos corazones, me reparó (sólo por un instante).
Quizás no es el mejor momento para volver a escribir, para reabrir mi ventana al ciberespacio sideral. O por qué no..
Píldoras pequeñas, miguitas de mi ser

Queridos amigos, espero estar volviendo y espero estar volviendo a escribir.

sábado, 17 de septiembre de 2011

De sueños, equipo, Xin y pingüinos

                           http://www.flickr.com/photos/fotosfamiliapau/

De sueños, equipo, Xin y pingüinos




            Hoy es uno de esos días que en el calendario de mi vida quedará siempre registrado. No sólo por el momento de la conformación de nuestra cooperativa, sino también  el del inicio de un sueño…laboral y vocacional. Volver a escribir, editar, soñar, construir. Y de eso estamos hablando, estamos construyendo un mundo.
Y de ese mundo quiero escribir hoy. O de cómo empezó… Hace tres meses o cuatro, no importa el tiempo, mi chico me comentó que una colega buscaba escritores/as de cuento infantil. Hacía tiempo que no escribía, pero Calíope y Erato nunca han dejado sola a Clío en esta difícil labor de acompañar a mis fantasmas. Musas y fantasmas siempre se han llevado bien. Pero a lo que íbamos, que la idea de volver a escribir para niños me ilusionó y así conocí a Sara. Pero, la muy valiente, se animó a ofrecerme que les ayudara en la parte editorial. Y ya sabemos cómo soy: “las cosas se hacen bien, o no se hacen”. Que la implicación y la ilusión por el proyecto se dispararon. Ignacio también creyó que podría hacerlo bien. Si algún día, alguno de ustedes se cruza por la calle con ellos, saberlo, son majísimos, pero creo que no “hi toquen massa”. La cosa, lentamente, se nos fue de las manos y decidimos o decidieron, tanto monta monta tanto, que haríamos una cooperativa. Y así hasta el día de hoy que hemos firmado ante el notario y que ya podemos decir bien alto que XIN Recerca, Desenvolupament i Innovació Digital SCCL es uno más de la familia. Xin en catalán quiere decir gato, entonces podemos afirmar que tenemos un gato en la familia. (Titi, esto es filosofía no sofismos ¿no?). Y hoy también tenemos un nuevo somiatruites en el equipo: Àlex. Vaya, que somos los cuatro fantásticos o los pingüinos de Madagascar…
Y estamos creando un mundo, un mundo de letras, de educación, de programación, de diseño; un mundo  para poder leer, aprender, jugar, crecer, tocar, buscar, soñar… Quizás, en algún punto, estamos creando un mundo como el de la canción del Somiatruites, de mi amado Albert Plà (sí, lo sé… pero hay cosas que son así)
El miércoles, cascos en orejas y cacharro en mano, la canción elegida fue Qualsevol nit pot sortir el sol, en la versión de Albert Pla y creo que, en lo que a mi tarea y a mi nuevo mundo respecta, es ideal. Todos los personajes de mi infancia me acunan cada noche para buscar en sueños nuevas formas (nuevas, no raras o ininteligibles) de contar a mis hijos, a los tuyos, a mi ahijada, a mi niña juguetona, una pequeña historia. De lobos y caperucitas está lleno, pero las musas me han regalado nuevos personajes, nuevas situaciones, nuevas y viejas historias para contar. Y no hay dudas de que me las cuento a mí primero. Busco a mi niña, un pequeño fantasma  vergonzoso, y le pregunto  qué historia tiene ganas de sentarse a escuchar. Y escribo. Y edito, y corrijo, y me enfado, y le doy otra vuelta, hasta que esa pequeñaja de dientes raros y la mujer en que me he convertido hoy sonríen al unísono, y entonces, tengo el cuento terminado. Después echo mano de mis cómplices dibujantes qué con manos de mago ponen colores a mis letras. Gracias Joni y gracias Quim por dibujar mis cuentos; gracias a los dos no sólo por dibujar mi alma sino también por creer en nuestro sueño. I moltes gràcies a en Josep, que em va regalar les ales del seu àngel per poder volar....
No sé cómo saldrá esta locura, lo que sé es que me ha reconectado conmigo misma, y me ha reafirmado. Y me deja crear, buscar, soñar, escribir, editar, corregir, buscar, bucear, nadar, reír, llorar, desear, respirar…
Y en mi salón lleno de personajes, sólo falta él, que pacientemente apoya mis locuras y me ayuda a hacerlas realidad. Boniquet, ets el millor company… ets la meva altre meitat, la que vaig perdre i després vaig retrobar...
Ahora vuelvo a buscar a mis musas y a mis fantasmas, nos queda mucho camino por recorrer. De fondo vuelve a sonar esta canción, ahora convertida en el himno de mi república de letras:
     "Fa una nit clara i tranquil·la,
      hi ha una lluna que fa llum.
     
Els convidats van arribant
      i van omplint tota la casa
      de color i de perfums…”


PS: Aquí está el enlace a la canción en la voz carrasposa y débil del Plà, cierren los ojos, y disfruten... http://youtu.be/7y0ipeZ-HMM

sábado, 25 de junio de 2011

Al vuelo

                        http://www.flickr.com/photos/fotosfamiliapau/


Al vuelo (o en eso ando)



Siento el tiempo de silencio, pero estoy intentando levantar vuelo, o en eso ando. Estos últimos días, de actividad frenética, no me dejan tiempo para escribir, si tuviera una máquina que tecleará mis pensamientos sería genial, pero de momento, me contento con sacar diez minutos al sueño (el de dormir) y hacer una líneas.
Intento levantar el vuelo, o en eso ando. No quiero dejar pasar la oportunidad y subirme a un rabo de nube, ese que contiene los sueños (los del deseo) y estiro las manos, y me impulso, y logro despegar la punta de mis pies descalzos de la tierra mojada del camino y con la punta de los dedos consigo lograr que no se escape. Tener entre las manos el objeto del sueño me parece irreal, pero a cada paso me doy cuenta que es de verdad. Y como las nubes que contienen colores y música para el alma pasan muy pocas veces, estoy en ella, en mi rabo de nube trajando incansablemente, feliz, para que pueda crecer. Estoy sentada en mi algodón de azúcar, con una mano ocupada en la lectura, otra en la escritura, la cabeza centrada en dar el buen paso, el corazón palpitando con fuerza, el alma puesta de timón  y los dos pies puestos en la tierra del camino. Esa mojada que por primera vez siento, que en la carrerra, se vuelve polvo y se levanta.
Intento levantar vuelo, y en eso ando. Todo mi yo y todos mis fantasmas estamos levantando vuelo. Y volar no es otra cosa que cuidar esta oportunidad, trabajar, pensar, reflexionar, una entrega total y sin pedir nada a cambio. Con la confianza del esfuerzo y del trabajo bien hecho, esa que tarde o temprano nos dará muy buenos resultados.
Para volar necesito a cada uno de mis imprescindibles a mi lado, esos que no hace falta decir quiénes son, ustedes y yo lo sabemos. Apreten mi mano, acepto abrazos; si me ven un poco desganada, una palabra de ánimos bastará, y preparen las copas que pronto celebraremos juntos los éxitos.
Mis fantasmas y yo, estaremos unos cuantos días en silencio, no nos hemos perdido, simplemente estamos en el rabo de nube, con el alma elevada, la cabeza alta y los pies en la tierra mojada, luchando y trabajando para el sueño sea un éxito.




martes, 31 de mayo de 2011

No ens retallin el futur

                                                   

Defensar el futur

 
Sóc mare de dos nens i visc al barri del Fort Pienc des de l’octubre del 2003. El barri va anar canviant, com nosaltres i l’any 2006 va arribar el petit Ernest. L’any 2009 va arribar l’hora de buscar escola. Després de dos anys de guarderia (privada)  teníem (tots dos) molt en clar que volíem una escola pública que estigués  al barri, amb una sòlida trajectòria educativa i amb un espai que el nostre fill pogués recordar amb alegria. Al barri, per sort, en tenim unes quantes. Només restava veure els temes de punts i places. Finalment vam optar pel Ramon Llull. Ens interessava tenir continuïtat, i al solar del costat vam llegir la tanca de “aquí es construirà l’Institut Angeleta Ferrer”.  Estàvem d’enhorabona, escola i institut públics. És a dir, una educació quasi des dels tres anys fins els divuit garantida. Uns mesos més tard  vam llegir a la revista del barri, i també uns veïns en ho vam comunicar, que l’Institut  estaria fet pel curs 2012-2013. A les converses a la porta o al pati de l’escola, els pares més “veterans” veien il·lusionats la demanda feta realitat. “Partida” pressupostària aprovada, el plec d'obra concedit i el famós PAM-PAD de l’Ajuntament de Barcelona així ho recollia i ho garantia. El 15 de gener era la data màgica. Una reivindicació que es feia realitat. Però va arribar el 15, el 16, el 17 i tot es començava a desfer com a bombolles de sabó. Ni una trista màquina, ni un sol treballador, ni tan sol un trist funcionari que vingués a donar-nos el condol. Se’m podria dir (o contestar) que segur que quan el meu fill acabi l’escola (d’aquí a 8 anys) l’Angeleta Ferrer estarà en funcionament, però ja serà massa tard, i hi perden els fills dels meus amics, els nens de la meva finca, els nois i noies que cada dia comparteixen pati amb el meu fill, perden els que em trobo al parc, al mercat, perdrem temps, i el temps és massa valuós per malgastar-lo així.  Els nostres fills perden i no ho podem permetre. No ho volem permetre.  Perden els que van al Ramon Llull, al Fort Pienc, a l’escola Encants, al Tabor, al Pere Vila, al Fructuós Gelabert. Perd el barri, perdem tots, i no pot ser. El barri del Fort Pienc necessita un nou institut. Els que som pares de l’anomenat “baby boom” sabem que els nostres fills no  hi cabran enlloc. Han fet escoles, però no han previst que aquest nens i nenes després hauran d’anar a l’institut?  Si les institucions retallen un nou institut estan retallant futur.  No podem hipotecar o retallar el futur dels nostres fills. Ells són el futur, són els líders del futur, escriptors, matemàtics, físic, mestres, advocats, mecànics, esportistes, perruquers, emprenedors, alcaldes o president. Entre ells i elles tiraran endavant aquest país, aquesta ciutat, aquest barri, i per poder fer-ho han de rebre una bona educació, de qualitat, al lloc on creixen i viuen, així també aprendran a estimar-se’l.

martes, 17 de mayo de 2011

Silencio, inmigrantes


            Confusa, dolida y sin aliento. Por estos lares barceloneses se celebrarán elecciones para renovar alcalde el próximo domingo 22. Lo que significa que estamos en plena campaña electoral. Los que me conocen saben que soy amante de la radio. Hoy me puse a escuchar la tertulia de Rac1 y de pronto en mis oídos las escalofriantes declaraciones de uno de los candidatos (citando un estudio del servei català de salut) en dónde ha decidido: señalar a la inmigración como causante de nuevas enfermedades y de traer a España enfermedades que estaban erradicadas, poniendo en riesgo la salud democrática del país y de la convivencia en Cataluña. Este tópico es nuevo para los señores de un partido político, si el partido popular de Catalunya. Estas declaraciones se hicieron en medio del acto central de partido, con la señora presidenta del mismo entre los oradores. Siempre se escucharon tópicos como: los inmigrantes vienen a robar trabajo, las mujeres a robar maridos, y se quedan con las subvenciones que nos corresponden. Ahora sumemos, traen enfermedades. Desde la radio conectaron con uno de los responsables del estudio, el doctor Josep Maria Jansà que dijo que esta interpretación del estudio era errónea y aberrante.
Pero no contento con esto, el señor candidato ratificó (si, han leído bien, ratificó, no rectificó) su postura. Los inmigrantes hemos traído enfermedades erradicadas.  Están a un punto de justificar la xenofobia usando la ciencia y a este individuo se le deja seguir haciendo política. ¡Cómo me gustaría tener en este preciso momento al candidato  (no le puedo decir señor) Alberto Fernández Díaz!  Mire individuo soy INMIGRANTE, y nunca he tenido una sola subvención, pago mis impuestos (rigurosamente), trabajo de sol a luna y si hace falta de luna a luna también. Tengo un único pecado, estoy casada con un señor que es catalán. Tengo dos hijos a quienes amo y educo  en esta tierra en que los parí. Y le digo la verdad, me gustaría morirme mirando el mediterráneo. Sabe qué señor Fernández, usted es un ignorante, un mezquino, un mediocre, alejado de la real realidad.

Des de que visc a Catalunya, mai,  mai no he tingut cap incident de caire xenòfob, CAP. M’han rebut amb els braços oberts, sempre m’han donat caliu. He fet, tinc i tindré sempre grans amics, d’aquí  i d’allà. Puc dir, amb el cor alegre, que els catalans m’han obert casa seu, els catalans, no vostè, ni el senyor Albiol ni la senyora Sánchez Camacho. Feu fàstic, no feu por. Tingui molt clar que així no arribareu enlloc, sou una colla de malparits (amb les disculpes a les vostres mares i pares que de ben segur us han educat bé). Visc a Barcelona, ciutat que sempre m’acull, ciutat que m’ha donat lloc al hospital públic a on parir els meus fills i a on m’han tractat amb estima i cura, i a qui sempre estaré agraïda. He tingut la mala pota de tenir el meu fill gran ingressat a un hospital públic quan tenia un any i mig i un altre cop, l’estima, la cura, la mà estesa i amiga no ha fallat, ni mancat. Porto els nens a l’escola pública a on conviuen amb d’altres d’arreu del món i d’aquí, es clar, perquè ells són d’aquí, són la generació que sabrà viure i conviure. Treballo per entitats fetes a Catalunya i mai no he tingut problema, i treballo en llengua espanyola, catalana i anglesa. Menjo peus de porc, calçots i, si cal, ballo una sardana i els meus amics mengen empanadas, pastrafrola, panqueques de dulce de leche y toman mate. Sisplau, colla de desgraciats, no justifiqueu la xenofòbia que teniu dintre amb la ciència. No digueu que els immigrants no sabem conviure, no doneu la imatge de que els d’aquí no ens volen. Sisplau, mireu, escolteu i reflexioneu, si és que encara teniu un mínim de sentit comú. I, demano a la justícia, que no es quedi de mans plegades, aquesta gent fa joc brut, atureu-la. I els que aneu a votar el diumenge, crec que sabreu a qui no fer-ho.


jueves, 28 de abril de 2011

Passioning (Power)


Para Cris, que me pidió que escribiera sobre libros y comida.
Gracias por tu receta del tiramisú.
Gracias por acompañarme, siempre, con tu eterna mala leche
 y tu sonrisa, preciosa.
Per la Raquel, una amiga com n’hi ha dues. Ho saps, oi?
Gràcies per la recepta del peus de porc de la teva àvia paterna
que de ben segur està  orgullosa de tu, com jo ho estic.
Para Susana, gracias por el passioning power,
gracias por ponerle nombre a esta locura
 y por dejarme caminar a tu lado.


Por la ventana despunta el día. El aire primaveral me inunda la piel, los primeros rayos de sol me doran las piernas que remolonas, se niegan a desperezarse. Suena idílico, ¿no? Pero en mi yo real, las mañanas distan mucho de ser así. Mientras yo corro por la casa para vestir niños, quedar de acuerdo con el Titi de cómo vamos a organizarnos, salir para la escuela y la guardería, mis fantasmas sí que tienen este despertar mágico. Bueno, no todos ellos, hay algunos que en su dark soul, no soportan el más mínimo atisbo de positividad. Pero hay otros que lo disfrutan. Hoy les hablaré de uno de mis fantasmas, el más entrañable, el que mueve mis pasiones. Hablo en masculino pero los fantasmas que nos habitan son como los ángeles, no tienen sexo (con matices, hay uno que mueve mis pasiones carnales).
            El que se quedó en la cama, a disfrutar de este placer báquico es mi fantasma híper lector y cocinero. Gourmet de las letras y de buen comer. Un ser fantástico, y que en su interior deben habitar muchos fantasmas, los personajes que roba a los libros, los que encuentra mientras guisa, los que imagina, los que lo rodean y lo hacen ser cómo es. Yo busco ser como él, pero no lo logro. Quiero que el mundo me quede pequeño, como a él, lucho con mis fuerzas para logarlo, pero no sé si lo consigo.
            Esta mañana, su día comenzó con un desayuno simple y efectivo: mate cocido y dos tostadas, y un libro, claro está. Ha elegido El Pasado, del Alan Pauls. Entre sorbo y sorbo del mate cocido, infusión a base de yerba mate, típica argentina, típica de campamentos, de lugares donde el frío lo inunda todo y el humo de la taza calienta el alma, de mañanas en que el pasto se despierta cubierto de helada, mmmm, un mate cocido humeante puede hacerte olvidar lo amargo de los problemas, siempre y cuando le pongas unas cucharaditas de azúcar, para mí tres, por favor.
            Entre tostada y tostada con dulce de leche, va pasando una a una las páginas del pasado, buena metáfora…El dulce de leche nació, por decirlo de alguna manera, por accidente. Cuenta la leyenda que una de las criadas del gobernador Rosas (un tipo complicado, con aires de dictador, con mano firme, con ideas centralistas que finalmente triunfaron) que salió a su encuentro y dejó en el fuego una olla con leche y azúcar, que tanto, tanto hirvió, que se volvió dulce, dulce de leche.
            A lo que íbamos, entre tostada y tostada, las hojas pasan. La lectura se complica. Las tripas se dan vuelta. El pasado nos enfrenta de narices con lo peor que tenemos, con el ancla que no nos deja avanzar. Con el peso del pasado no hay futuro, porque el hoy no se vive fuera del ayer. Rímini, un personaje obseso, manipulable, débil, y por momentos pusilánime, vive bajo el fantasma real de Sofía, que estando o no a su lado, mueve los hilos de su vida. Un gran libro, un excelente trabajo del autor. Alan Pauls da una cachetada a la conciencia, y a las memorias, la histórica y la personal. Como argentinos nos genera preguntas, dudas, si no somos como Rímini, repitiendo una y otra vez los mismos errores, por no ser lo suficiente maduros; por no aprender del pasado, ver el objetivo y solucionar el problema. Vivir el hoy en libertad, enriquecidos de ese pasado, para construir un futuro. Al azar recita en voz alta estas líneas, “¿Cuántos años le había llevado conquistar esa cobardía? ¿Veinte? ¿Treinta? ¿Para dilapidarla así, con una mujer capaz de recitar los dos o tres momentos cumbres de su vida –la de él- de memoria, sin un solo error, y cuya sola juventud bastaba para extenuarlo? Se sintió tan viejo que la imagen del anciano agonizante de 2001 Odisea del espacio lo asaltó como si fuera un recuerdo personal, otra de las fotos de pie de las cuales redactaba todos los días los epígrafes autobiográficos que Sofía ya ni siquiera leía.” Al pasar los ojos por un párrafo en que hablaba del temido club de las mujeres que aman demasiado saltaron las alarmas. Mi fantasma me señala con el dedo una línea. Mensaje captado: debo recordar nunca ser mezquina en el amor, no dejar de ser femenina para convertirme en una loca feminista de salón. Defender la hermosura del amor, vivir con pasión. ¡Eps!, ese es mi fantasma, es mi passioning power. Es él quien protagoniza este maravilloso día. Mi fantasma tiene nombre y es Passioning.
            Yo estoy en medio de una lectura de aquellas que quita el hipo, ustedes mismos sacarán sus conclusiones si lo digo porque es buena o mala, no lo diré yo, el silencio es mi aliado en mi trabajo. Tomo notas, con diferentes colores, la ficha literaria llenita, busco datos, en fin, como siempre, yo en mi mundo real y lo veo pasar. Passioning me dice que se va al mercado, que necesita comprar cosas para su almuerzo y su merienda. Raudo, confuso, deja cerrado El pasado (otra buena metáfora… cerrar el pasado, me lo apunto como tarea pendiente) y se va. Al cabo de media hora, lo veo volver, cargado. Un poco alborotado, de repente hablando en más de una lengua. Se decide a comenzar la preparación  del almuerzo, copioso, de fiesta, y por supuesto lo veo acercarse a la biblioteca; ahora a la que hace las veces de mesa de luz (o mesa de noche), es mi biblioteca de luz. Saca l’últim dia abans de demà. Creo saber por dónde irán los tiros.
            A la cuina tots aquest ingredients: peus de porc tallats per la meitat, trompetes de la mort, cansalada virada, pernil (del bo), tomàquets, cebes, all, claus d’olor, herbes aromàtiques, pebre negre en grans, fruits secs, julivert, xerès sec, sal i oli. Mare meva,  quin tiberi que ens espera. Sí, a la taula i al llit, el primer crit. Mira que tenen de coses bones aquests catalans. I sóc terrenal, els peus de porc, quina glòria pels sentits. Passioning se disposa a fer peus de porc. S’apropa a la meva taula de treball i m’ha agafat el meu faristol, així pot cuinar i llegir a l’hora. La lectura s’ho mereix, i la panxa també.
            El primer que fa es bullir els peus de porc. Els renta ben rentats i cap a l’olla exprés. Hi fica una ceba,  a on ha clavat els claus  (d’olor), els grans de pebre negre, els alls, les herbes aromàtiques, aigua i sal. I a cuinar. Uns vint minuts al dos. Un cop cuits reserva els peus i el brou de la cocció. Ara posa a hidratar les trompetes de la mort uns quans minutets amb aigua tèbia. Després les bull uns 10 minuts. Reservades queden. Els temps de cocció li permeten  llegir, capficat, aquesta petita joia de l’Eduard Márquez. Al foc, tot bull, a l’ànima tot es gela. La lectura es complicada, dura, tensa: “623 grams. Torno les cendres a l’urna. La tanco i respiro a fondo. Calculo. 2 quilos i 760 grams menys que quan va néixer. Amb els ull oberts de seguida. Molt oberts. Una mirada prou commovedora per nuar-me la gola” Fred...
            Les pàgines passen, el dinar avança. En una cassola gran de terra (cuinar amb terra, olorar la terra, degustar la terra) i en una mica d’oli calent fregeix la cansalada i el pernil, tot ben talladet. Quan ja tenen color, hi afegeix la ceba picadeta primeta. Foc lent, amb mimo. Quan la ceba ja es rossa, hi afegeix el tomàquet rallat i uns grans d’all. El veig sofregir amb amor, remenar amb molt de mimo la cassola, el mateix amb el que continua la lectura. Un cop té el sofregit, hi aboca els peus i el xerès. Una estoneta després, hi fica el brou, abundant, però que no acaba de cobrir els peus. Un cop comença el xup xup, els bolets més la picada d’all i fruits secs cap a la cassola. Tres quarts d’hora després, i una bona copa de vi negre en un got “gordito”, ho retira del foc, ho posa al plat i amb una llesca de pa, veig com s’asseu a dinar. Llibre en mà, peus a taula (els de porc, no els seus) i només queda donar gràcies als porcs per aquest peus tan bons i entregar-se als plaers de la vida. Jo, bocabadada, el miro sense donar crèdit a com viu aquest fantasma meu. Em mira i em diu en veu ben alta, no tiris el brou que ha sobrat, el podem aprofitar per fer un arròs demà. El veig com passa les pàgines, menja els peus i de tant en tant s’eixuga una llàgrima que despistada baixa dels seus ulls fantasmals a la comissura dels seus llavis. O dels meus? “La certesa que no m’espera ningú em commou. Penso en el pare. En la Francesca. En la Jana. I recordo el matí que, al mercat de Sant Antoni, va preguntar-me que faria si es perdés. Buscar-te. I si no em trobessis? I ara, ningú no es perd per sempre”. Llegeixo amb ell, per sobre la seva espatlla. Plorem tots dos. Sense dubte aquest llibre ha estat tota una descoberta. L’Eduard Márquez ens convida a un viatge difícil per la dramàtica existència d’un personatge que ho perd tot, però tot. Un vocabulari precís, posa paraules, bones paraules, a més d’un tema que no sempre s’han ben tractats. La mort, la pèrdua, la identitat, la nostra configuració. Deja inaugurados pantanos a on ens podem perdre, aquells que volem allunyar de la nostra vida. Quan veig que tanca el llibre, li demano que el torni al seu lloc, al costat del meu costat del llit. És un dels escollits, que em cuida mentre jo dormo i no tinc por de res.

            Tengo todo preparado para salir a buscar los chicos cuando lo veo volver a entrar en la cocina. Y con Gomorra bajo el brazo (la metáfora no está asegurada) ¿Encontraré mi vida cuando vuelva? Cuando me voy lo escucho, por lo bajito cantar nessum dorma (y se me hiela la sangre, que en esta casa desde que tenemos al pequeño Joaquim no hay quien duerma por las noches). Siento que nada será igual al oírlo entre batidora y mascarpone hablar en italiano, recitando la receta del Tiramisú (los ingredientes son 5 huevos, 500g de mascarpone, 100 g de azúcar, 400 g de savoiardi, melindros o vainillas, café y cacao):
 Preparate un caffé, lasciatelo intiepidire e correggetelo col rum. Versatelo in una ciotola abbastanza larga da poterci inzuppare i savoiardi uno ad uno. Adagiate i biscotti in una pirofila foderando completamente il fondo.
Sbattete i tuorli delle uova con metà dello zucchero, aggiungete il mascarpone e mescolate con un cucchiaio di legno fino ad ottenere un composto ben amalgamato.
Montate a parte gli albumi montati a neve e lo zucchero restante. Incorporate il tutto delicatamente.
A questo punto avrete ottenuto una crema che distenderete con l’aiuto di un cucchiaio o di una spatola a formare uno strato sopra i savoiardi.
Coprite il tutto con una spolverata di cacao in polvere aiutandovi con un colino, poi procedete a formare un altro strato di savoiardi e crema.
Riponete in frigorifero a riposare per qualche ora. Al momento di servire ricoprite il vostro tiramisù con un’ultima abbondante spolverata di cacao in polvere.”
            Paso tras paso, el tiramisú está hecho. Mientras reposa en la nevera, Gomorra, dura, de un estilo periodístico y de denuncia de las mafias, lo deja exhausto, deprimido, con la sensación de que la escoria de la sociedad siempre triunfa, siempre oprime, siempre manda. No es bueno para acabar un día tan espectacular. Cierra el libro, lo devuelve a la biblioteca y mientras estoy en medio de cenas, duchas y la tan esperada hora de poner los chicos  a dormir, me pregunta dónde está la Eneida y si me acuerdo de Anita. Le digo que miré en la colección del Titi, que el mío, bilingüe, quedó perdido en Buenos Aires. Sonrío, recuerdo perfectamente a mi maestra de latín de la universidad, un encanto de persona que me enseñó a leer con el alma la Eneida. Me vuelve a mirar y me interroga con voz entre dulce y melancólica ¿libro cuarto? Sí, libro cuarto, Dido, la ferviente amante cartaginesa de Eneas, canta su amor y su pena, la pasión y la pérdida. Así comienza.
 “Mas la fenicia reina, mal herida
ya rato había de la amorosa flecha,
cebando va la llaga entre las venas
y abrásase en secreto a ciego fuego.
Revuelve en la turbada fantasía
la gran virtud y el gran valor de Eneas
y el claro honor de si ínclita familia.
Ya tiene en la  alma fijo y estampado
su bello rostro, plática y semblante:
no deja entrar en sus cautivos miembros
la amorosa ansia al blando sueño.”

Las páginas de la Eneida vuelan, como el tiramisú. El día, qué sueño, qué gloria, pienso, mientras vuelvo a mis papeles, a mis diccionarios, a mis libros después de cenar, cae y el cielo rosado ilumina mi ventana.  Mi fantasma se siente pleno, y me lo hace saber al guiñarme el ojo, mientras relame la cuchara llena de mascarpone y cacao. Se irá dormir, mañana le esperan nuevas aventuras, nuevos libros, nuevos sueños. Siento la pasión en mi piel. Puedo continuar henchida de felicidad, de passioning, lo que queda para ir a dormir.

Pd: creo que tendré que poner a régimen a passioning, me dice, a cau d’orella, que esta es la primera de sus intervenciones, pero que habrá más. Como dice Susana, passioning se tiene, o no. Creo que soy afortunada, lo tengo. Prometo colgar las recetas del los peus de porc y del tiramisú.